Depende de tus objetivos y disponibilidad. Las oposiciones estatales suelen ofrecer más plazas y convocatorias más regulares, pero también atraen a un mayor número de aspirantes. Las autonómicas y locales, en cambio, cuentan con temarios más concretos y procesos menos masivos, aunque se convocan con menor frecuencia.
Si es tu primera oposición, empezar por una autonómica o local puede ayudarte a ganar experiencia y confianza antes de dar el salto a una estatal.
No existe una dirección universalmente más sencilla: depende del punto de partida y del nivel de profundidad con que se haya trabajado el temario.
La normativa estatal es, generalmente, la base sobre la que se apoyan las oposiciones autonómicas y locales, de modo que quien ha preparado una oposición estatal suele tener la estructura general más completa. En cambio, pasar de una oposición autonómica o local a una estatal implica eliminar la normativa autonómica o local y, además, ampliar el número de temas y materias, ya que las oposiciones estatales son normalmente más densas, extensas y con un nivel técnico superior.
En definitiva, la adaptación es posible en ambos sentidos, pero el salto hacia lo estatal suele requerir más trabajo de ampliación y consolidación de contenidos.
De forma orientativa, entre un 60 % y un 70 % de los contenidos pueden coincidir, especialmente en los bloques generales (Constitución, función pública, procedimiento, contratos, etc.). Es importante distinguir contenidos de temas: un mismo contenido puede aparecer como un único tema o desglosado en varios, y esto puede ocurrir dentro del mismo ámbito (estatal, autonómico o local) o entre convocatorias distintas del mismo ámbito. En la parte técnica, suele mantenerse un núcleo común de contenidos, pero cada convocatoria adapta la extensión, el enfoque y la normativa según su ámbito.
En resumen, los temas pueden tratar las mismas materias de fondo, aunque se desarrollen con distinta amplitud o perspectiva en función de la administración que los convoca.
En tu especialidad, las oposiciones suelen tener bloques temáticos bastante parecidos, especialmente en la parte jurídica y organizativa.
En la parte técnica, hay núcleos de contenidos que se repiten en todas las convocatorias, aunque con distinto grado de desarrollo o con normativa complementaria autonómica o local. Por ejemplo:
• En Arquitectura Técnica, el Código Técnico de la Edificación aparece siempre, total o parcialmente.
• En Arquitectura, la normativa urbanística es constante, aunque cada comunidad pueda añadir la suya propia.
• En Ingeniería Industrial, se incluyen siempre los principales reglamentos técnicos.
• En Agrícolas y Agrónomos, la Política Agraria Común (PAC) está presente en todas las oposiciones.
• En Montes y Forestales, la legislación general de montes y medio ambiente es un bloque fijo en cualquier ámbito.
En resumen, dentro de una misma especialidad los contenidos técnicos son en gran parte coincidentes, aunque cada administración pueda modificar su enfoque, amplitud o nivel de detalle.
No siempre.
Aunque dispongas de una titulación superior (por ejemplo, Ingeniero Agrónomo), no todas las oposiciones de nivel A2 (como Ingeniero Técnico Agrícola) permiten el acceso con titulaciones superiores. Todo depende de lo que indiquen las bases de la convocatoria, que determinan las titulaciones concretas admitidas para cada cuerpo o escala.
Es imprescindible revisar ese apartado antes de iniciar la preparación o formalizar la matrícula.
Las oposiciones de especialidades (también incluidas en la administración general) están orientadas a perfiles profesionales concretos —ingeniería, arquitectura, medio ambiente, agricultura o forestales, entre otros— y exigen una titulación específica que acredita la formación técnica necesaria para el puesto. En cambio, las oposiciones de Administración o Gestión General no requieren una especialidad determinada y admiten titulaciones de distintas ramas dentro del mismo nivel. Estas últimas se convocan con más frecuencia y mayor número de plazas, pero también concentran un volumen mucho más alto de aspirantes y una competencia más heterogénea.
En nuestro caso, nos centramos exclusivamente en oposiciones de especialidades técnicas, donde la preparación exige conocimiento normativo, precisión técnica y experiencia real en los procesos selectivos. Cada área cuenta con preparadores especializados y un sistema común de revisión, actualización y control de calidad, lo que nos permite garantizar que cada temario mantiene la misma estructura, coherencia y profundidad en cualquier especialidad. Este método de trabajo —avalado por la certificación de calidad de AENOR— acredita la rigurosidad, la trazabilidad y la fiabilidad de todos nuestros procesos formativos, desde la elaboración de los temarios hasta la gestión del aprendizaje.
Así, la diferencia no está solo en el tipo de oposición, sino también en el modo en que se prepara: con la solidez y la especialización de un equipo técnico que conoce a fondo el funcionamiento real de cada proceso selectivo.
Lo ideal es empezar por la que comparta mayor porcentaje de contenidos con otras oposiciones de tu especialidad. De este modo, construyes una base sólida que te permitirá reaprovechar gran parte del trabajo si más adelante decides preparar una segunda convocatoria. Con una planificación conjunta y un calendario realista, podrás presentarte a más de un proceso selectivo sin duplicar esfuerzos.
Si aún no se conoce el temario de la oposición que te interesa, puedes comenzar por los bloques comunes y técnicos transversales de tu especialidad. Así estarás adelantando trabajo con poco riesgo de estudiar contenidos que luego no aparezcan.
Varía según el cuerpo y el ámbito territorial, pero las ratios medios suelen estar entre 20 y 30 personas por plaza. En las oposiciones generales o administrativas los grupos son mucho mayores, mientras que en las especialidades los aspirantes son menos numerosos y la competencia más homogénea.
Antes de elegir, conviene analizar con realismo:
• El tipo de administración (estatal, autonómica o local).
• La frecuencia y regularidad con la que se convocan esas plazas.
• El peso relativo del temario general y del técnico.
• Tu disponibilidad real de estudio y dedicación.
• La afinidad con la especialidad y el tipo de puesto.
En el caso de las oposiciones autonómicas y, especialmente, locales, el número de plazas suele ser reducido —a veces una sola— y las convocatorias pueden espaciarse en el tiempo.
Sin embargo, precisamente por eso, muchos aspirantes deciden no presentarse, lo que deja un porcentaje real de competencia mucho más bajo.
Quienes aprovechan esas oportunidades y se preparan con antelación suelen lograr resultados excelentes, porque llegan con ventaja cuando otros aún están dudando.
En definitiva, más que la frecuencia, lo determinante es la constancia y el enfoque: quienes deciden intentarlo son, casi siempre, quienes terminan consiguiéndolo.
Es una situación más frecuente de lo que parece. Puede ocurrir que la oposición lleve años sin convocarse y el nuevo temario aún no se haya publicado, o que se trate de una convocatoria local o autonómica con antecedentes muy antiguos.
En esos casos, lo más recomendable es empezar por la parte general común, que varía menos entre convocatorias, y por los bloques técnicos básicos de la especialidad. Cuando se publique el nuevo temario, podrás actualizar o reestructurar tu estudio sin perder el trabajo previo. Empezar con tiempo te permitirá llegar preparado en lugar de comenzar desde cero cuando se convoque.
Además contamos con temarios genéricos en varias especialidades, pensados para aquellos que aún no han decidido si presentarse a una oposición de ámbito local, autonómico o estatal, o no disponen del temario oficial actualizado. Estos temarios incluyen la normativa más habitual y los contenidos más comunes en la mayoría de las oposiciones de cada especialidad, de modo que el estudio inicial sea realmente útil y aprovechable en cualquier proceso selectivo posterior.
Si no has encontrado lo que buscabas no dudes en enviarnos un correo electrónico a hola@oposicionestecnicas.com.